Los administradores deben de extremar su cuidado en esa fase del año.
Como es sabido, la mayor parte de sociedades mercantiles, hacen coincidir el cierre de su ejercicio contable con el año natural, y a día de hoy queda poco más de un mes para el 31 de diciembre.
En aquellas empresas que arrojen pérdidas en el ejercicio en curso y arrastren pérdidas en los anteriores, los administradores deben extremar su cautela, ya que, si dichas pérdidas dejan reducido el patrimonio neto a una cantidad inferior a la mitad de capital social, la empresa se verá incursa en causa de disolución.
El administrador está obligado a tomar decisiones:
Si esto sucede, si la empresa se ve en esta situación, los administradores están obligados a tomar decisiones. Bien a remover la causa de disolución mediante una ampliación o reducción de capital o bien a convocar Junta de Socios para que acuerde la disolución de la compañía.
Y estas decisiones deben adoptarse con prontitud, ya que la Ley obliga al administrador a convocar la junta para disolución en un plazo máximo de dos meses desde que se conozca la existencia de la causa legal de disolución por pérdidas.
La responsabilidad personal del administrador incumplidor:
Si no se actúa en este sentido y la sociedad sigue operando como si nada hubiera sucedido, o bien no se adopta la decisión en plazo, el administrador incumplidor podrá ser declarado responsable solidario frente a la sociedad de todas las deudas que nazcan a partir de la fecha en que concurra la causa de disolución.
Es decir, la Ley penaliza a aquellos administradores que hagan dejación de sus funciones y que incumplan sus obligaciones legales, con la responsabilidad solidaria de las deudas, que permitiría al acreedor demandar judicialmente y de forma directa a dichos administradores, solicitando una condena que le permita el embargo de sus bienes.
En consecuencia, se aconseja que todas aquellas empresas que estén atravesando un momento de dificultad, tengan especial precaución y tomen las decisiones a tiempo, para lo cual deben asesorarse debidamente.